Minimalismo: Arte, Diseño y Arquitectura
El
minimalismo es un movimiento de arte y diseño que comenzó en el siglo
XX. Como concepto, también se hace presente en la arquitectura e incluso en
los estilos de vida.
La
arquitectura minimalista surgió de los movimientos de De Stijl (cuyo fin era la
integración del arte total) y Bauhaus (escuela alemana de Arte, Artesanía,
Arquitectura y Diseño, fundada por Walter Gropius), con inspiración cubista, en
1920. El enfoque de Bauhaus tenía estrechos vínculos con De Stijl y compartía
los principios de limpieza, funcionalismo, pureza y formas reducidas.
En el arte, el minimalismo introdujo una nueva forma de crear y
experimentar las obras. Artistas como Carl Andre, y Donald Judd, se
inspiraron en el cubismo y su concepto de reducir el tema a formas
geométricas. Crearon un diseño minimalista que se centró en los elementos
más esenciales, la claridad, las superficies monocromáticas, la repetición y la
simplicidad de la forma. Al mismo tiempo, eliminaba los temas narrativos y
referenciales.
Además de
los enfoques de la Bauhaus y De Stijl, la arquitectura minimalista fue
influenciada por la arquitectura tradicional japonesa. Debido a la
apreciación de los objetos simples y llanos, el diseño tradicional japonés
siempre ha girado en torno a la idea del minimalismo y se ha centrado en conservar
sólo lo necesario y eliminar el resto.
Así, en la
reducción, simplificación y unificación, divisamos las características que son
la esencia de la arquitectura minimalista:
Formas
geométricas puras.
Materiales
simples, limitados y lisos.
Componentes
limpios y rectos.
Repetición
para dar un sentido de orden y unificación.
Sencillos,
espacios abiertos.
Líneas
limpias.
Minimalismo,
menos es más…
Tadao Ando
“La
arquitectura es un ser. Y es importante dónde va a vivir esa arquitectura”. Con
esta reflexión de carácter filosófico nos adentramos en el universo de Tadao
Ando (Osaka, 1941).
Se trata de
uno de los más renombrados arquitectos de nuestro presente, cuyos edificios han
dejado una indiscutible huella en la historia de la arquitectura contemporánea.
Sus obras establecen un diálogo entre sus propias ideas y los requerimientos
del entorno natural, las costumbres y necesidades de las sociedades modernas. Su
premisa es clara: la armonía entre naturaleza y arquitectura es innegociable,
una suerte de imperativo espiritual.
Sorpresivamente,
Ando no recibió una formación académica en una escuela de arquitectura. En
lugar de ello, su aprendizaje fue autodidacta y proviene de la lectura y
numerosos viajes formativos por Europa y Estados Unidos, así como de un
minucioso estudio de la arquitectura tradicional. Sus viajes lo llevaron a ver las obras de los
grandes maestros, del mismo modo que el aprender a dibujar por cuenta propia le
permitió visibilizar las sensaciones que percibía en los espacios para
convertirlas en diseños concretos y tangibles. La ganancia personal de esta
etapa formativa será crucial para su carrera: el concepto de arquitectura de
Tadao Ando se forja a través de los viajes que realiza, a lo largo de las
diferentes culturas y lenguajes arquitectónicos, analizando desde su particular
visión la ineludible relación entre el hombre, la arquitectura y la naturaleza.
Así, el estilo
de Ando se constituye como una inflexión intercultural, donde se combina la
geometría austera y las texturas materiales del funcionalismo europeo y
norteamericano con los elementos japoneses tradicionales (en lo referente a su
arquitectura, cultura e historia, de donde extrae la simplicidad y la pureza de
lo nativo).
Aquí te mostramos una de
sus obras más llamativas: La Casa Monterrey, en México. Ésta vivienda inserta
en el hermoso paisaje montañoso de Sierra Las Mitras, fue su primer proyecto
residencial en Latinoamérica. Se trata de una casa compuesta por volúmenes
geométricos y planos de hormigón desplegados sobre un terreno de 1500 m2. Comprometido
con la excelencia en la calidad, Ando insistió en la intervención de dos
expertos japoneses en hormigón, para asesorar al equipo de trabajo del
proyecto. El resultado, es una vivienda elegante, lujosa (pero sin pretensiones),
con armónicos espacios interiores que le da la bienvenida a la naturaleza
circundante y a la luz natural, a través de extensas ventanas, terrazas y
espacios sociales al descubierto…
Alberto
Campo Baeza
Terminamos la semana minimalista con el
arquitecto español Alberto Campo Baeza. Nacido en Valladolid, en 1946, cursó
sus en la Escuela Técnica Superior de Madrid (E.T.S.A.M.) de la cual obtuvo su
título en 1971. En 1982 alcanzó el título de Doctor Arquitecto (E.T.S.A.M.) y
desde 1986 ejerce como Profesor de Proyectos en la E.T.S.A.M., convirtiéndose
en el Catedrático más joven de la Escuela.
Su arquitectura es, ante todo, racional
caracterizada por la precisión en el uso de los elementos que la determinan, y
clasificada como minimalista.
El origen de la arquitectura para Campo Baeza
se encuentra en la propia "idea", que, además, es quien provee el
primer material: la luz. Así, la idea y la luz son las bases principales de
este autor y las causantes del espacio como resultado de la arquitectura.
La composición de sus obras es armónica,
clara y generalmente blanca, ya que gracias a su atracción y reflejo aborda por
sí misma las cuestiones lumínicas. También, son notables las influencias de
grandes arquitectos como Mies Van der Rohe, Le Corbusier o Lubetkin.
Su obra está reconocida en toda Europa debido
a sus múltiples intervenciones en conferencias a lo largo de Italia, Francia y
Alemania entre otras naciones, al igual que la gran acogida que tienen sus
libros y revistas fuera de España.
En esta ocasión te mostramos “Casa Cala”, también llamada “Casa Raumplan”. Dicha residencia se sitúa en un terreno con pendiente, cuyas visuales, en el horizonte lejano, muestran el oeste de Madrid. A nivel de suelo no aparece nada interesante, pero, a medida que nos levantamos, se aparece con más nitidez el paisaje urbano en una visión panorámica. En esta casa vertical, los espacios públicos están en lo más alto, para poder enmarcar y disfrutar de esas estupendas vistas. En este proyecto, se emplea el mecanismo espacial del Raumplan de concatenación de dobles espacios en espiral. Cada dos dobles espacios están conectados desplazándose verticalmente de manera que se crea un espacio diagonal. Además, los accesos de luz están dispuestos estratégicamente, para hacer patente el movimiento del sol a lo largo del día, y para permitir que la iluminación natural atraviese la vivienda. Hacia las azoteas, especialmente hermosas en su creativa austeridad, se enmarca el paisaje urbano mediante “huecos” horizontales.
“Casa Cala”, de Alberto Campo Baeza, un ojo
sobre Madrid…