Villa Berna es un proyecto residencial y
vacacional para una familia joven. Trabajamos y desarrollamos un esquema formal
que permite a los habitantes apreciar el magnífico bosque que los circunda
desde cualquier espacio interior de la casa.
La idea conceptual gira en torno a una geometría
compuesta por tres volúmenes de ladrillo visto conectados con pasillos y
puentes, y que se mueven con naturalidad por el terreno, adaptándose a su
topografía. Logrando, de esta forma, una experiencia llena de movimientos y
momentos sorpresa, donde los volúmenes siempre enmarcan visuales únicas hacia
el bosque.
Inspirada en la arquitectura tradicional, Villa Berna es una casa para
explorar en cada recorrido que se realice, y es así que se van develando en la
casa nuevos escenarios.
El objeto arquitectónico se acomoda al sitio natural como si
perteneciera a él.
Villa Berna es una vivienda de tipología lineal compuesta de tres
volúmenes individuales de ladrillo visto, donde cada uno responde a programas
diferentes, se unen entre ellos por puentes vinculantes, garantizando una
relación directa con el entorno inmediato y haciendo que el paso de una zona a
otra sea a través de la naturaleza.
El hilo conductor y corredor principal ofrece
imágenes enmarcadas que se escapan hacia el norte, una magnífica vista arbolada
del sitio.
Toda la casa se desliza lentamente sobre el
suelo como un compromiso, para contornear las líneas de la colina en sentido
este- oeste, desarrollando sus actividades al norte de manera franca. Por lo contrario,
se da una casa introvertida al sur proyectando los servicios semi- enterrados
en la colina.
En esta cara los muros de hormigón contienen el
corte en la tierra, liberando y abriendo espacios puntuales del paso
principal vidriado. Hacia esta orientación también se abre el acceso a la casa
que se propone como un camino oculto.
El proyecto invita a la contemplación entre el interior y el exterior.
Villa Berna está pensada para caminar y deslumbrarse en cada paso, pero sobre
todo para relajarse dentro del bosque y su arquitectura.
En Villa Berna, los volúmenes sutilmente rotados
y materializados en ladrillo, se esculpen para relacionarse con el
bosque. Esta morfología lograda, genera un juego que jerarquiza, ordena y
define los espacios según su uso.
La idea de ubicar las áreas de dormitorio en dos
volúmenes separados permitió un esquema bien definido donde se requería
privacidad y silencio para todos los integrantes del hogar, antagónico al
volumen central de la zona social abierta y flexible.
Tener un terreno boscoso con pendientes,
benefició al concepto morfológico, ya que ofrece vistas enriquecedoras a lo
largo de todo el terreno. Acompañando la morfología, el uso de materiales
regionales jugó un papel relevante en el diseño, armonizando con el paisaje de montaña y de
mantenimiento prácticamente nulo. Para ello, se optó por el empleo del
hormigón, interpretado como la piedra artificial, evocando a las piedras del
lugar, acompañado por el uso del ladrillo visto, similar a los utilizado en las
estancias y casas de campo serranas.
Villa
Berna es, sin dudas, recorrido, experiencia y habitar lo natural.