Una casa de fin de semana es, quizás, el sueño de muchas personas, ya que es el lugar ideal para descansar, convivir con la naturaleza y recargar energías.
BK/A.2, es una vivienda de uso temporal y vacacional que está ubicada en San Clemente, localidad de las Sierras de Córdoba (a 72 km de la Capital) en un barrio de montaña llamado Altitud 1300. Sus lotes, que van desde los siete mil a doce mil metros cuadrados, se caracterizan por sus visuales a 360°, perspectivas profundas, topografía abrupta, vegetación autóctona y suelo serrano, donde las rocas predominan y quedan expuestas a la superficie expresando su característica geológica natural.
Si bien el proyecto tiene la particularidad de ser una casa de fin de semana, presenta las condiciones aptas para que, a futuro, la familia pueda instalarse varios meses allí si lo desea. De esta manera, se presenta la posibilidad de dividir los meses del año entre su hogar serrano y su casa en la Ciudad de Córdoba, la cual también fue diseñada por Síncresis Arquitectos.
En lo referente al emplazamiento, destacamos que el terreno tiene sus mejores visuales hacia el sur. Por esta razón, la “Casa sobre la Roca” se ubica en el punto intermedio de un barranco natural de piedra que se distingue en el lote, y queda suspendida en ese accidente geográfico enmarcando las mejores vistas serranas.
Asimismo, la vivienda se abre al norte para maximizar a entrada de luz y calor proveniente del sol a lo largo del día, durante todo el año. Hay varias razones que hacen de la orientación un factor crítico y fundamental en una casa. Por ejemplo, los espacios ganan amplitud visual si están bien iluminados, y la luz solar nos proporciona mayor calidad de vida y bienestar. Además, puede suponer un ahorro superior al 70% en el consumo de climatización e iluminación.
En cuanto al diseño de esta vivienda, Carla y Sebastián (clientes recurrentes de nuestro estudio) expresaron su preferencia por el estilo minimalista, pero con un lenguaje y materialidad que armonice con el paisaje de montaña y que requiera un mantenimiento prácticamente nulo. Debido a este desafío, se optó por el empleo de materiales utilizados en las construcciones locales, añadiendo una mirada y un manejo moderno. Entonces, nos inclinamos hacia el uso del hormigón (reinterpretado como la piedra artificial que evoca a las del lugar) y del ladrillo visto quemado (similar a los utilizados en las estancias y casas de campo que hace años se encuentran en la zona).
También, incorporamos la distinción del metal en detalles y en una gran cubierta verde sobre la zona social, que genera la confusión entre lo artificial de la arquitectura y lo natural del paisaje. Así, logramos una 5° fachada, que da como resultado un tratamiento arquitectónico homogéneo de los exteriores de la vivienda, incluyendo el plano horizontal superior.
Desde lo programático, la idea de partida se basó en armar dos volúmenes: uno horizontal y de hormigón (siendo la zona social) y uno vertical de ladrillo (perpendicular al barranco, respondiendo a la zona privada de la vivienda). Todo ello, ligado por medio de un hall que auspicia como fuelle para independizar las dos áreas.
La zona social, está compuesta por el estar- comedor- cocina de concepto abierto e integrado con la zona social externa: el quincho. Éste puede funcionar con completa independencia y tiene relación directa con la piscina que se desdibuja en el entorno gracias a su emplazamiento de suspensión en el barranco natural rocoso y su borde infinito. Es, a fin de cuentas, un lugar pensado como punto de reunión para una familia numerosa.
La zona privada de la vivienda está en dos medios niveles: en la planta inferior se encuentran dos dormitorios para invitados, cuya división está concebida a través de un mueble divisor móvil que permite una doble función, ya que también da la posibilidad de constituirse en un gran salón para cualquier otro uso que le pueda dar la familia.
En planta alta, se encuentra una tercera habitación para invitados. También está presente el dormitorio principal en el punto más alto de la vivienda, adueñándose de las mejores visuales al paisaje serrano como regalo proyectual para los dueños de casa. Por último, este sector cuenta, en el nivel intermedio, con un baño zonificado en tres, para poder responder al uso social y privado, en momentos de gran concurrencia.
En definitiva, una casa de fin de semana, la “Casa sobre la roca “, es el lugar de descanso ideal para la familia, un lugar al cual escapar de la ajetreada rutina citadina, del estrés diario y la contaminación. Una casa de campo, un sueño que trae consigo la posibilidad de “elegir el propio paisaje” nos suele ofrecer vistas más naturales y tranquilas en las cuales disfrutar de un clima agradable, sin preocupaciones. También, la creación de espacios para el encuentro, para el disfrute, en base a los gustos y formas de habitar del usuario es menester para generar vivencias entrañables y plenas que vivirán por siempre en el corazón familiar.
EQUIPO: Diego Barrera- Abril Aloé- Ramiro Domenech